El personal es amable, pero la habitación que nos tocó tenía la cama más dura del mundo, al parecer de las tuberías del baño salía mal olor, no tiene cortinas blackout y había mucha claridad en la habituación. Apagan el calentador en la noche y cuando queríamos bañarnos de madrugada para irnos a un tour temprano el agua estaba fría. Nos cambiaron de habitación y al menos no tenía el mal olor, pero la cama seguía siendo incómoda. No volvemos. No tiene aire acondicionado y como no puedes abrir las ventanas, se siente sofocante aunque la temperatura esté fría.